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YA ESTÁ AQUÍ LA ESPERADA CUARTA ENTREGA DE "CONSUELO". GRACIAS POR SEGUIRLA!

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lunes, 21 de octubre de 2013

CONSUELO [4]: 20. UN BANQUETE DE MUSEO (2 .LOS CUERPOS EXTRAÑOS) (© JMPP 2013)


[20]
UN BANQUETE DE MUSEO
(2 .LOS CUERPOS EXTRAÑOS)


     Comprendo que estéis empezando a desesperaros ante la narración de unos hechos cada vez más alejados de lo que una esperaría que fuera la crónica de un pacífico enlace matrimonial. Seguro que os gustaría que os contara una boda de ensueño propia de un marco incomparable como el de la catedral de la Almudena, con unos novios radiantes de felicidad en su gran día , y un digno banquete nupcial como excelente colofón de una jornada de bella memoria para todos los privilegiados asistentes, empezando por los principales protagonistas. Todos lo hubiéramos deseado. Bueno, todos menos los aprovechados manifestantes que se nos comieron cruelmente el pastel de bodas. Lamento no poder informaros de una boda de este tipo positivo y alegre, y lamento deciros que la pesadilla para doña Pilar y don Eusebio siguió un rato más, aunque acabó tomando un cariz absolutamente sorprendente.
    Antes que nada, un consejo: si podéis elegir, cuando vayáis de boda no os sentéis nunca al lado de un político importante, en activo o en la reserva. Incluso me atrevería a decir que si puede ser declinéis la invitación a la boda para evitar problemas. Nunca se sabe cómo puede acabar la cosa. Os aseguro que sé de lo que hablo.
     Podéis imaginar fácilmente de donde arranca el consejo que me he permitido daros. ¿No? ¡Pues eso! Está bastante claro que los manifestantes que se presentaron de improviso en la boda lo hicieron en busca del eco mediático que tendría su acto en el marco de una celebración con políticos del pasado y del presente y otras fuerzas vivas de la sociedad como los justamente muy mal vistos banqueros. Unos manifestantes que llegaron desafiando la concurrencia y buscando pelea descaradamente. Querían guerra y, lamentablemente, la tuvieron. Su actitud de reventar una celebración pacífica agrediendo salvajemente nuestro pastel no gustó nada a la concurrencia hambrienta de dulces emociones. Mi compañero de mesa, conocido hombre de ley y de orden –al menos su ley y su orden-, no pudo evitar enfrentarse a aquellos hombres sobrexcitados y tensos que habían irrumpido en un acto privado de forma totalmente inaceptable.

-¿Qué pretendéis con esta actitud lamentable e inaceptable? ¿Habéis perdido el juicio?
-¡No! Hemos perdido el miedo a mequetrefes como tú y tu señora esposa. ¿Dónde se esconde? ¿Debajo de la mesa?
-¡Un respeto a la señora alcaldesa!
-La enchufada de tu esposa es una inepta como tú y todos los políticos de mierda que tenemos en este país. Vosotros y vuestros amigos banqueros nos habéis llevado a la miseria. Y aquí estáis, todos juntos llenando vuestras grandes barrigas con el sudor de un pueblo oprimido.
-¡No le consiento qué me hable de esta manera! Un respeto a quien fue su presidente en la época más brillante de la economía de toda la joven democracia de España.
-¡Ja ja ja! ¿Ahora te dedicas a hacer monólogos? Ana y tú podéis montar un dúo cómico. Ella que los haga en inglés por favor… ¡No sé quién de los dos es más ridículo!

     Si cuando le saqué el tema de su mujer y el inglés, haciendo una inoportuna broma, ya no le gustó en absoluto mi descabellada ocurrencia, imaginad cómo se lo tomó ahora con toda la excitación que llevaba acumulada, debido a una discusión subida cada vez más de tono con aquel visitante sin reparos. Al amigo José Mari le empezaba a salir chispas y finalmente no se pudo contener.

-¡Sois patéticos! Si no abandonáis la sala de inmediato tendremos que llamar a las fuerzas del orden para que os desalojen.
-¡Nos iremos cuando nos dé la gana! Creo que nos vamos a quedar también al baile. El pastel estaba de muerte. Los pobres también tenemos derecho a vivir como ricos al menos una vez en la vida.
-¡Bien, vosotros lo habéis querido así!

     De hecho, no fue necesario que ninguno de los dos guardaespaldas que “discretamente” acompañaban al ex jefe del gobierno llamara a las fuerzas de seguridad ya que pocos segundos después de esta conversación con amenaza final, se presentó dentro del local un pelotón de antidisturbios con unas intenciones no precisamente amistosas con los invasores. Una actitud que los verdugos de nuestro pastel de bodas interpretaron como una agresión a su derecho de manifestación e iniciaron una defensa de sus posiciones dentro de la lustrosa sala que, como podéis imaginar, sembró el pánico general.
     Dejadme que haga un alto en esta narración que ha pasado a ser una crónica de sucesos, dejando atrás su misión de ser simplemente crónica social, para daros cuenta de cómo asumieron los novios este nuevo y desesperante contratiempo.
     A diferencia de lo que podríais pensar, doña Pilar, no tomó una actitud hostil con los recién llegados. Un hecho que sorprendió a los invitados y a mi misma, ¡claro! Al contrario, todo el mundo pudo ver cómo pidió que pusieran la pancarta principal de los manifestantes ante la mesa presidencial y que quien quisiera fuese a hacerse fotos con los novios i el escrito reivindicativo. ¿Se había vuelto loca mi consuegra después de tantos desesperantes contratiempos? ¿O simplemente había abusado tanto del dom Perignon Vintage 2003 que había perdido totalmente la razón? ¡No lo sé! Más bien quiero pensar que la pobre novia llegó a un nivel de desesperación tal, ante el caos total en que se había convertido su boda, que optó por hacer buena la frase según la cual si no puedes con tu enemigo, únete a él. Tanto es así, que cuando vio llegar a las fuerzas de seguridad, se presentó ante el jefe del pelotón policial e iniciaron una conversación absolutamente descabellada.

-¿A qué se debe su presencia en este acto privado?
-¿Cómo que a qué se debe? El encargado del hotel nos ha indicado que habían penetrado cuerpos extraños en una celebración privada. Supongo que se refería a la suya.
-¿Cuerpos extraños? ¡Ja ja ja! Mire usted, señor agente, llevan penetrando cuerpos extraños en mi boda des de que ha dado inicio. Ustedes mismos son unos cuerpos muy extraños. ¿O es que en su boda se presentaron unos señores con porra y chichonera? Estos señores son mis invitados y si ustedes quieren quedarse al baile también hay lugar para ustedes. Pero aparquen las porras, ¡por favor! Y no olviden que hay barra libre en el bar…
-¡Pero señora! Nos quedaríamos encantados, pero estamos de servicio y hemos recibido la llamada…
-Pues nada, si son tan amables de no seguir interrumpiendo esta celebración se lo agradecería de corazón…


      Gran decisión la de mi consuegra porque a partir de ese momento la paz llegó a su fiesta y hasta me atrevería a decir que se vivieron los momentos más divertidos de la celebración. Sí, a veces creo que subestimo la inteligencia de doña Pilar.

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