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YA ESTÁ AQUÍ LA ESPERADA CUARTA ENTREGA DE "CONSUELO". GRACIAS POR SEGUIRLA!

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miércoles, 30 de octubre de 2013

CONSUELO [4] 28. MATARÓ (2. LA VISITA) (© JMPP 2013)


[28]
MATARÓ
(2.LA VISITA)

     Sí, hoy hemos recibido una visita ilustre en nuestra hermosa casa de la urbanización la Cornisa. Por fin he conocido al hombre que ha conseguido dos cosas muy meritorias: enamorar a mi madre octogenaria y, más difícil todavía, lograr que use tanga como ropa interior. ¿Os acordáis de Manuel? Bueno, os refresco un poco la memoria y os digo que era aquel "jovencito" de 64 años que fascinó a mi madre en las clases de baile hasta robarle el corazón. Recordaréis quizás también que se dedica a hacer de comercial de una firma de ropa íntima femenina y que, precisamente a causa de su trabajo, no pude conocerlo en una visita que hice a mi madre ya que estaba de viaje en el País Vasco con el muestrario de bragas y sujetadores bajo el brazo.
     Al mediodía han llegado los invitados montados en un SEAT 124 D blanco inmaculado. Quizá sabréis que se trata de un coche antiguo muy famoso en los años setenta. Me preguntaba qué hacía mi madre sentada en un coche de cuando era joven, curiosamente como el que teníamos en casa cuando yo era pequeña. Después de un saludo muy efusivo con mi padrastro y de intercambiar palabras de alegría por un conocimiento mutuo que creo que nos ha satisfecho mucho a los dos, he cruzado unas palabras con mi madre mientras Benito acompañaba Manuel al servicio.

-¿Qué me dices, Consuelo?
-¡Estoy encantada! Es guapo, está bien conservado y parece muy simpático. ¡Chapeau, mama! Ya veo que has salido a tu hija a la hora de elegir perlas masculinas. Por cierto, me ha hecho gracia que lo primero que me ha dicho es la talla de sujetador que uso. ¡Y ha acertado! ¡Ja ja ja!
-Es muy gracioso. Casi siempre está sacándole punta a todo. Me paso el día riendo a su lado. Este hecho sólo ya me ha rejuvenecido diez o veinte años. Soy muy feliz con él, Consuelo.
-¡Me alegra mucho oírte, mama! Por cierto, el novio te lo has buscado joven, atractivo y gracioso, pero tiene una carraca de coche... ¿Se trata también de una broma suya? ¡Ja ja ja!
-¿Qué dices hija? ¡Sí es una maravilla de coche! Me lo acaba de regalar. Le expliqué que teníamos uno cuando eras pequeña y se presentó un buen día con esta joya. Cuando monté en él me pareció que había entrado en la máquina del tiempo. Incluso creí oír tu vocecita de niña detrás del asiento pidiéndome si faltaba mucho para llegar a Sitges, como en aquellos veranos míticos. ¡Ja ja ja! Él es así. ¡Me trata a cuerpo de rey!
-Parece que te quiere mucho, pero quizás es un poco exagerado... ¿Comprarte un coche viejo como éste sólo porque tienes buenos recuerdos asociados? Qué pasada, ¿no?
-Bueno, es que resulta que hace colección de coches viejos restaurados. También tenemos un SEAT SEISCIENTOS de color rojo y precioso... Habíamos pensado venir con él, pero finalmente hemos creído que iríamos más cómodos por la autopista con un coche tan extraordinario como éste. El SEISCIENTOS lo usa para circular por Barcelona. Le va muy bien para aparcar en cualquier lugar.
-¡Caramba! ¡Sí que da para caprichos caros eso de vender bragas y sujetadores!
-Bueno, él es hijo de buena familia y el único heredero de una fortuna. Casi no le haría falta trabajar. De hecho, pronto se jubilará y ya me ha dicho que nos pasaremos el día viajando por todo el mundo de hotel de cinco estrellas en hotel de cinco estrellas...
-¡Mama! ¡Qué gran partido que te has buscado!
-Bueno, niña, tampoco es que el tuyo parezca un muerto de hambre. ¡Qué señor chalet en este lugar exclusivo de Mataró! ¿No lo habrás pagado tú?
-¡Ja ja ja! Sí lo hubiera pagado yo sería como mucho una tienda de campaña hinchable en medio del Montnegre... ¡Ja ja ja!

-¡Eso! ¡Ja ja ja! En fin, parece que las dos hemos tenido mucha suerte con estos galanes, en todos los aspectos. ¿No hija?
-¡Sí, mamá, mucha! ¡Ya tocaba!
-¡Sí hija mía, sí!

     Sentadas en el cómodo sofá de piel del comedor, nuestra divertida conversación se ha visto interrumpida, algo indiscretamente, por las voces alegres de los dos hombres charlando con buen humor en la cocina. Parecía claro que padrastro y yerno habían conectado rápidamente, a pesar de pertenecer a mundos aparentemente muy diferentes. La verdad es que la conversación no me ha extrañado, pero sí que me ha inquietado un poco. Ahora veréis por qué.

-Bueno, tú y yo tampoco tenemos un trabajo tan diferente, Manuel. Yo también me paso el día viendo tangas y sujetadores de todas las tallas y colores. Y no precisamente en un muestrario o en fotos. Yo los veo puestos y bien puestos... a mis alumnas. ¡Ja ja ja! Deberías ver cómo van algunas por las aulas. No sé si es que la crisis hace que se compren la ropa diez tallas más pequeña, pero la ropa interior ahora es más exterior que nunca. ¡Estarás contento, Manuel! ¡Ja ja ja!
-¡Y tú también, por lo que parece! ¡Ja ja ja! Ya veo que ahora que me jubilo podrías tomar tú el relevo en mi empresa... Tienes mucha experiencia en el tema…
-¡No gracias, Manuel! ¡Ja ja ja! La verdad es que ya estoy un poco cansado... Bueno, también estoy harto de ver calzoncillos, pero si te digo la verdad, no me fijo tanto. ¡Ja ja ja! Si me dan a elegir me quedo con el vestuario de las chicas. ¡Están más buenas!  ¡Ja ja ja! Uno no es de piedra, ¡cojones! Por cierto, algunas cuando vienen de visita al departamento parece que aprovechen para ponerse los modelos más encogidos de su vestuario. ¿Por qué será? ¡Ja ja ja!
-¡Caramba, Benito! ¡Qué suerte, tío! Parece que te distraes de lo lindo en tu trabajo…
-Sí, la palabra es "distraer". ¿Tú crees que uno se puede concentrar a exponer el temario aburrido de Historia con unas chicas jóvenes que te llenan los ojos con sus poderosas gracias casi a la vista? ¡Es un trabajo más duro de lo que parece! Casi nos deberían dar un plus de peligrosidad.
-¿Peligrosidad? ¡Ja ja ja!
-Sí, sí, una vez estuve a punto de caerme de la silla viendo una alumna agachándose a recoger la tiza que, casualmente, se le cayó mientras exponía el tema de la Caída del Imperio Romano.
-¡Ja ja ja! ¡Puedo imaginármelo!
-¡No lo creo! ¡Lo que vi no cabe en tu imaginación, créeme!
-¡Ja ja ja! ¡Te creo, te creo!

     Benito nunca me cuenta estas cosas. Supongo que considera que me puede molestar saber que en las aulas hay chicas un poco pasadas de vueltas. Un día le pediré que me lo explique con detalle. Es pura curiosidad, ¡eh! Yo tengo plena confianza en él, aunque en algunas frescas, nunca mejor dicho, que hay por el mundo, ¡no mucha!

GIUSEPMARIA@HOTMAIL.COM


martes, 29 de octubre de 2013

CONSUELO [4] 27. MATARÓ (1. PAULINA) (© JMPP 2013)


[27]
MATARÓ
(1.LA PAULINA)

     Llevo pocos días en Mataró, pero la verdad es que estoy encantada con esta ciudad marítima situada cerca de mi querida Barcelona y que, a pesar de ser incomparables en dimensiones, servicios y cosmopolitismo, me parece un magnífico lugar para vivir.
     Esta mañana tenía que ir a pasear con Benito por la playa para conocer más a fondo aquella interesante zona de la ciudad, pero a última hora ha causado baja porque ha tenido que ir a la Universidad y lo he sustituido rápidamente por una persona que creo que es todo un descubrimiento para mí. Hablo de Paulina. No sé si os suena el nombre, pero se trata de la criada de Benito. Bueno, de Benito y también mía, aunque me cueste enormemente asimilar que tengo una señora que me ayuda en las cosas de la casa. Jamás hubiera imaginado que llegaría a tener servicio doméstico. Bueno, la verdad que después de muchos años luchando en el día a día con una casa que siempre tiende al caos, poder tener una mano amiga que colabore en que el desorden no se imponga, es de agradecer. Y más aún si pensamos en lo que llevo en mi vientre y el auxilio que necesitaré cuando las cosas se compliquen, que se complicarán. ¡Está escrito y bien escrito!
     Hablaba de mano amiga y no lo decía en vano. Será una mano y una amiga, ya me he dado cuenta hablando con ella en el cordial paseo que hemos hecho. Debéis saber que Paulina es Colombiana y ha venido a este país nuestro a ganarse la vida para poder mantenerse ella, pero sobre todo a su familia en Fusagasugá, un pueblo con un número de habitantes parecido a Mataró y muy cercano a Bogotá. Su historia es como la de tantas personas necesitadas de un trabajo y que están dispuestas a cualquier cosa para sobrevivir con dignidad. Impresionante caso que me ha impactado y me ha hecho pensar que algunas personas deberíamos dar gracias cada día por lo que tenemos y no ser tan tiquismiquis, exigentes y, en fin, un poco rehenes de una sociedad que nos ha malcriado demasiado.

-Llegué aquí con una mano delante y otra atrás, doña Consuelo. Piense usted que vine engañada por una mafia que me ofreció trabajo en lo que supuestamente era un local respetable de copas y acabó siendo un local de alterne. Yo soy pobre pero honrada. ¿Me entiende usted?
-Te entiendo muy bien, Paulina. Tu caso es como el de muchas pobres mujeres de las que se abusa porque están muy necesitadas. El mundo está lleno de canallas que son capaces de negociar con cualquier cosa sin ningún escrúpulo. Está claro que tú te encontraste con algún indeseable de estos...
-¡Sí señora! Con más de uno que quiso abusar de mí. He sufrido mucho y he tenido que luchar muy fuerte para superar esa etapa. Al principio tuve que aceptar las condiciones para pagar la deuda contraída con ellos. Finalmente pude salir de ese mundo gracias a que la policía acabó con la banda y encerraron a los cabecillas. Quedé en una situación muy delicada al borde de la expulsión, pero afortunadamente conocí de forma casual al ángel de don Benito que movió cielo y tierra para que pudiera quedarme. Me ofreció un contrato de trabajo en su casa y logró que no me expulsaran.
-¡Caramba¡  Qué historia más impactante, amiga. Es impresionante todo lo que me cuentas. Por cierto, me he quedado con una duda que me inquieta un poco. ¿Dónde conociste a Benito?
-No tiene ningún motivo para inquietarse, doña Consuelo…
-Por favor, Paulina, no me digas más doña Consuelo... Este "doña " me descoloca y me recuerda demasiado a mi consuegra... ¡Ja ja ja! Ya entiendo que me quieras tratar de usted, sobre todo porque es un uso lingüístico habitual en América del Sur, pero con un "señora" ya iremos bien servidas. ¿De acuerdo?
-¡De acuerdo, señora Consuelo! Le decía que puede estar muy tranquila porque a don Benito…
-Mejor señor Benito... ¡Ja ja ja!
-Al señor Benito lo conocí en la Iglesia.
-¿En la iglesia? ¡No sería rezando!
-¡No! Yo tampoco soy mucho de rezar. Mi Dios no es el de la Iglesia... Lo conocí en la comida de Navidad que organiza la comunidad de San Egidio. Usted sabe, ¿no?
-¡Ah sí, y tanto!
-Yo estaba sin nada después de perder los ingresos y la sucia cama que me proporcionaban y me quedé en la calle. Don… el señor Benito estaba haciendo de voluntario en la comida y hablamos largo rato sobre mi situación. Es un hombre con un gran corazón…
-¿Me lo dices o me lo cuentas? ¡Es maravilloso!
Sin duda! Al saber de mi delicada posición movió algunos hilos entre amigos suyos. Me presentó a un abogado que llevaba casos como el mío y éste logró lo que parecía imposible: proporcionarme una vida digna y un empleo fantástico en su propia casa. Para mí el señor es como un dios. Gracias a él he salido del fango. Sin su ayuda, ¿qué habría sido de mí? Le tengo mucho cariño y mucho respeto, claro. 
-No sabes cómo te comprendo, amiga Paulina. La verdad es que mi caso no tiene nada que ver con el tuyo, pero en el fondo tiene una cosa en común. Benito también me ha sacado de la miseria, no económica, pero si sentimental. Sentimentalmente estaba acabada, sin esperanzas, hundida en un pozo sin salida después de la muerte de mi hijo. Él me dio la mano y me ayudó a salir. Quizás sí que es como una especie de Dios, pero muy, muy humano. Y además me dará un hijo después de perder a mi Juan...
-¡Oh señora! No me diga que está en estado de buena esperanza. ¡Qué alegría!
-¡Sí lo es! Es una alegría muy grande que no fui capaz de entender hasta que vi la ilusión de ser padre reflejada en sus ojos. Entonces comprendí que lo que llevo en mis entrañas es mucho más que un hijo, es la consagración de nuestro amor inexpugnable e indestructible. Soy la mujer más afortunada del mundo, Paulina.
-¡Sí que lo es, señora, sí que lo es!


     Paseando distraídamente por la plataforma del puerto y por el paseo marítimo, bajo un sol de primavera casi tan cálido como la conversación entrañable teñida de mucha humanidad que hemos mantenido Paulina y yo, nos ha pasado la mañana. Realmente ha sido un descubrimiento muy agradable el de esta mujer sobre la treintena, de aspecto frágil, pero con una gran fuerza de voluntad que, de buen seguro, le ha dado el hecho de haber tenido que lidiar con una situación difícil para sobrevivir. Una mujer admirable de la que seguramente aprenderé mucho.

GIUSEPMARIA@HOTMAIL.COM

domingo, 27 de octubre de 2013

CONSUELO [4] 26. EL ADIÓS (© JMPP 2013)


[26]
EL ADIÓS

     Procuraré que no me quede un episodio muy lacrimógeno, pero no sé si lo conseguiré. Esta vez sí que va en serio. Ya queda muy lejos aquella ocasión en que estuve muy cerca de dejar la que durante más de veinte años ha sido mi tierra y mi pobre hijo Juan impidió que nos fuéramos, en el último instante, sacándose de la manga una seudonovia que acabó resultando un fraude poco tiempo después. No podéis imaginar cuántas veces me he preguntado cómo habrían sido las cosas si realmente no se hubiera echado atrás tomado de una locura amorosa de aquellas realmente peligrosas. Bueno, es una tontería pensar ahora en ello porque no podemos volver al pasado, Estaréis de acuerdo conmigo, sin embargo, en que seguramente todo habría ido de una forma muy diferente y que posiblemente mi hijo estaría todavía con nosotros. Bueno, dejemos de hurgar ya en la herida…
     Sí, el adiós ya está consumado y no tiene vuelta atrás. La etapa de Villajoyosa, como lugar de residencia ha llegado a su fin. Mataró representa una nueva y muy interesante etapa que afronto con ilusión y gran esperanza. La vida me ha dado la oportunidad de un nuevo comienzo al lado de Benito y de nuestro hijo o hija. Aquí, sentada cómodamente en un gran despacho como nunca había tenido antes, siento y presiento que todo irá muy bien. La vida, esta vez, no me fallará.
     El momento del adiós fue sobrecogedor. Me imaginaba que sería duro, pero la expectativa se quedó muy corta ante la realidad de un momento vivido intensamente. Lloré mucho abrazada a mi hija y viendo que la separación era inminente. No será necesario que os diga que si este instante fue desgarrador, emocionalmente hablando, contemplar mis dos queridos nietos y pensar que a partir de ahora los veré con un doloroso cuentagotas, ya no hace falta ni que lo comente con detalle. Vosotras sois personas con profundos sentimientos y sabéis perfectamente las sensaciones que se experimentan en momentos de separación de las personas más queridas. Sí, se te rompe el alma en mil pedazos y llegas al convencimiento de que te costará vivir sin su presencia a tu lado. Sin embargo, debemos seguir adelante. La vida no se detiene. Y como sabéis tengo ante mí retos muy importantes y a la vez muy emocionantes, eso está claro, que me ayudarán a llevar la pena tan profunda que ahora mismo siento.

-Hija mía querida, es muy duro, de verdad. Yo os quiero mucho y nunca hubiera deseado que llegara un momento tan doloroso como éste, pero no puedo hacer otra cosa. ¡Lo siento mucho, Carla! Siento que a partir de ahora no puedas contar con tu madre en el día a día. Mi sitio está al lado de mi querido Benito y tengo que volver a mi tierra de nacimiento y dejar la que ha pasado a ser mi tierra de sentimiento. La vida tiene estas cosas, hija...
-Mama, no debes pedirme perdón. ¡Sólo faltaría eso! Haces lo que debes y no tienes que arrepentirte de nada en absoluto. Es seguro que la distancia física será ahora muy grande, pero nuestros sentimientos de cariño profundo seguirán vigentes toda la vida. Y te aseguro que nos veremos más a menudo de lo que crees, ¿de acuerdo? Vendremos a estar con vosotros tan a menudo como podamos, no tengas ninguna duda. Según me ha dicho Benito en la casa cabe un regimiento. Y ya sé que tú harás lo mismo siempre que te sea posible.
-Gracias por tus palabras, hija. Nos veremos menos, pero nos veremos, sí. Y hazme un favor, recuerda cada día a tus hijos que tienen una abuela que aunque viva lejos está siempre a su lado. Dales cada día un fuerte abrazo y muchos besos a cada uno de mi parte. Sé que lo harás. No quiero que se olviden de su abuela, como yo siempre los tengo presentes.
-Lo haré, mamá. ¡Puedes estar tranquila que lo haré!


     Ya sé que he empezado diciendo que intentaría no convertir el episodio en un mar de lágrimas de emoción, pero no lo he logrado. ¡Está claro! Estoy realmente blanda hoy y no consigo parar la añoranza que siento. Debéis entenderme y sé que lo hacéis. Son muchos años, muchos recuerdos, muchos sentimientos, un hijo y un marido perdidos en la cruel batalla de la vida y ahora una hija querida y unos nietos... Perdonad, seguiré en otro momento. Quería contaros más cosas de unos instantes en que los sentimientos estaban a flor de piel, pero la verdad es que ya empieza a costarme de ver la pantalla, aunque es enorme. 

GIUSEPMARIA@HOTMAIL.COM

sábado, 26 de octubre de 2013

CONSUELO [4] 25. EL EMBARAZO (2.DE SORPRESA EN SORPRESA) (© JMPP 2013)



[25]
EL EMBARAZO
(2.DE SORPRESA EN SORPRESA)

     ¿A que ya echabais en falta que os hablara de doña Pilar? ¡Pues hoy estáis de suerte! No me extraña que os caiga bien porque es única y con un extraordinario don de gentes, como pudisteis comprobar en el sorprendente viaje a Madrid. Pues bien, esta mañana he tenido una larga conversación con ella mientras paseábamos tranquilamente por la cala de Benidorm y tomábamos un refresco sentadas ante las calmas aguas de la playa con más madrileños por metro cuadrado del mundo.
     Básicamente me había trasladado hasta la ciudad de adopción de la ínclita capitalina para darle a conocer la novedad que todos ya conocen. La verdad, sin embargo, es que la mujer me ha recibido con un tono bajo porque acaba de morir un gran amigo suyo, el famoso Manolo Escobar. Sí, la he encontrado más bien triste, aunque ha acabado entonándose y sorprendiéndome con una noticia inesperada. Bueno, ya sabéis que con esta mujer cualquier cosa es posible. ¡Es una especie de sorpresa con falda, corta!

-Tú no sabes cómo me ha dolido la muerte de Manolo. Éramos amigos de tantos años. Además vivíamos en el mismo vecindario y muchas veces coincidíamos de paseo por el Parque de la Aigüera. Salía a pasear a su perrita. ¿Sabes? Tenía que asistir a nuestra boda, pero lo ingresaron de urgencia en la Clínica Benidorm poco antes de la celebración y le fue imposible. El pobre me prometió que cantaría en nuestra boda, pero… ¡Qué pena más grande! Siempre que me veía con falda corta me abordaba cantándome el famoso estribillo de la Minifalda: “No me gusta que a los toros te pongas la minifalda, la la la…” Era tremendamente simpático y divertido. Le vamos a echar mucho de menos.
-La verdad es que se veía un hombre sencillo y agradable, ¡sí! ¡Descanse en paz! ¿Y cómo llevas la vida de casada, querida consuegra?
-¡Fantásticamente bien, querida Consuelito! Don Eusebio es un hombre maravilloso y vamos a ser muy felices juntos. Además voy a darte una primicia que no sabe casi nadie. Solamente mi hijo y mi marido, claro.
-Yo también tengo una para ti, pero ahora me has dejado muy intrigada. Di di...
-Pues nada, que don Eusebio y yo vamos a ser padres.
-¿Qué? ¿Cómo? ¿Lo he oído bien?

    Suerte que no me estaba tomando un café como Benito en el celebrado día que le hice saber de mi embarazo. Hablando de embarazos, ¿podía ser posible que Doña Pilar estuviera embarazada? Esto ya me parecía absolutamente delirante. Está claro que no podía estarlo de ninguna manera, sobre todo teniendo en cuenta su edad. Aquí había gato encerrado. De inmediato lo descubrí.

-Pilarica, no me harás creer que estás en estado de buena esperanza. Y contratando un vientre de alquiler no os veo, por lo tanto...
-¡No! ¡Válgame Dios! Por lo tanto, hemos iniciado los trámites para adoptar una criaturita de la China Comunista como Dios manda… Tengo mucha amistad con el embajador español en la China. Asistió a la boda. No sé si tuviste ocasión de saludarlo. Iba muy a menudo a practicar caza mayor con mi marido al Zorzal, en Badajoz.
-Sabes, Pilar, estoy muy contenta de las noticias que me das. Tan contenta que voy a imitarte y yo también buscaré una criatura para que Benito y yo no caigamos en el aburrimiento típico de las parejas mayores sin hijos...
-¿Qué me cuentas? ¿Vais también a adoptar una criatura? Me parece bien, pero primero tendríais que resolver el tema de la boda. ¡No vais a dar un hogar a una criatura, viviendo en el pecado!
-¡Ja ja ja! ¿Ya empiezas? ¡Nos casaremos, tranquila mujer! Aunque después del espectáculo de tu boda, comienzo a dudar de su conveniencia...
-Eso ha sido un golpe bajo, Consuelo...
-Perdóname, Pilar... Ya sé que no fue tu culpa, pero... No, no queremos adoptar una criatura, sino que preferimos tenerla de nuestra propia cosecha...
-¿Embarazada? ¿Habéis tenido relaciones extramatrimoniales? ¡Santo Dios, Consuelo!
-¡No, mujer no! Yo soy como la virgen María...¡Ja ja ja! Perdona que sea muy irreverente, pero eres la Hostia Consagrada, Pilarica.
-¡Por favor Consuelo! ¡Vigila esta boca que siempre te pierde! Supongo que debo felicitarte a pesar de todo. ¿Y para cuando es la boda?
-¡Ja ja ja! Yo te hablo de embarazo y tú de boda... Parece que vamos un poco descompasadas tú y yo... ¡Ja ja ja! Habrá boda, ya te lo he dicho, pero no sé todavía ni dónde, ni cuándo. Sólo tengo clara una cosa: ¡no te pienso encargar la organización del evento ni loca! ¡Ja ja ja!
-¡Mejor me callo por respeto a la criatura que llevas en tus entrañas y que ha sido engendrada en el pecado! ¡Pobrecita! ¡Mal empieza! ¡Por cierto, de Virgen María sólo hay una! ¡Deslenguada blasfema!
-¡Ja ja ja! ¡Eres maravillosa, consuegra!
-¡Gracias, supongo!

     ¡Me encanta esta mujer! ¿Qué os parece? Quería darle una buena sorpresa y resulta que la sorpresa me la he llevada yo. ¿Doña Pilar y don Eusebio padres de una criatura de la China? Me imagino al ex-cura llevando el cochecito por las calles llenas de turistas en traje de baño de Benidorm con el Chinito dentro y... No me diréis que esto no es, como dicen por el Madrid de la doña, rizar el rizo.
     Cambiando radicalmente de tema, y poniéndome más seria, tengo que haceros saber que se acerca la marcha definitiva de esta tierra, al menos en cuanto al cambio de domicilio. Concretamente, ya sólo quedan dos días. Como ya sabéis, Benito se ha comprometido a volver a su trabajo antes del plazo previsto. De hecho, con el embarazo que ha llegado de imprevisto, las razones para empezar de inmediato la nueva vida en nuestra tierra se hacen más evidentes que nunca. La cuestión es situarse tan pronto como sea posible en el lugar donde deberá transcurrir la práctica totalidad de mi embarazo. La verdad es que estaré como una señora en el chalet de la Urbanización la Cornisa de Mataró. ¡Con servicio y todo! ¿Qué más puedo pretender? Bueno, quizá podría pedir que la sirvienta tuviera el hijo por mí. Bromas aparte, ya oísteis a la doctora. A mi edad hablamos de un embarazo de riesgo y no es cuestión de embarcarme en viajes y trasiegos a media faena. Pues bien, como podéis ver, el inicio de una nueva vida, con todos los ingredientes para representar un cambio radical ya está aquí. Deseadme suerte, amigas. ¡La necesitaré!


GIUSEPMARIA@HOTMAIL.COM




viernes, 25 de octubre de 2013

CONSUELO [4] 24. EL EMBARAZO (1.LA HERMANA DE LA CRIATURA) (© JMPP 2013)


[24]
EL EMBARAZO
(1.LA HERMANA DE LA CRIATURA)

     Ya habéis visto que la noticia fue recibida por el padre de la criatura que está en camino con una satisfacción que, sinceramente, me sorprendió en gran medida. Tenía prevista cualquier reacción por parte de él, pero que se lo tomara con tanta euforia significó un hecho muy importante para mí. Cuando una mujer lleva el fruto de su amor por un hombre en sus entrañas, y debe hacer frente al gran impacto que todo esto causa en su vida, necesita el máximo apoyo de su entorno, empezando por su principal socio en esa tarea extremadamente complicada. Como habéis podido leer, Benito estará a mi lado y eso me hace ver las cosas con un optimismo que en el momento de recibir la noticia no se hizo presente, sino al contrario.
     Hablaba ahora mismo del fundamental apoyo del entorno. Entorno que comienza por los parientes más cercanos como lo es, sobre todo, mi hija. Os preguntaréis cómo se lo tomó una persona que estaba a punto de encontrarse con un futuro hermano o hermana sorpresa. Pues bien, una vez que tuvo conocimiento el principal implicado, corrí a contárselo a Carla. La encontré muy ajetreada duchando a los gemelos. Un hecho que esta vez contemple con unos ojos diferentes de los habituales. Y es que me vi yo misma en un futuro no muy lejano en tareas similares. La verdad es que me acaloré un poco, y no sólo por la extrema temperatura que había dentro del baño.
     Finalmente, una Carla algo más relajada, los puso a dormir después de llenarles la barriguita. Con las criaturas aparcadas en sus cunas correspondientes, pudimos charlar sobre la cuestión que me había llevado hasta su casa y de otras no demasiado lejanas al tema que me ocupaba, ocupa y ocupará durante mucho y mucho tiempo.

-El hecho de tener dos  no quiere decir tener el doble de trabajo que si sólo tienes uno. La verdad es que me dan tanta guerra que a veces me parece que tengo un regimiento. Desde que caminan me están volviendo loca. Necesitaría los gadgetobrazos del famoso inspector Gadget. Aquellos que se alargan tanto como haga falta. Y es que cuando salimos a la calle cada uno quiere ir a su aire. Todavía son muy pequeños y te pueden montar un desastre en cualquier momento. ¡Y llevarlos a comprar al super es una locura! Cuando te das cuenta ya te han hecho alguna mala jugada. A veces me desespero, pero cuando los veo dormiditos al final del día me olvido de la dolores de cabeza que me dan y me pongo muy contenta de tenerlos conmigo. ¡Los quiero mucho!

-¡Caramba, qué panorama! Con todo lo que me has dicho no sé si preguntarte si te gustaría tener un hermano, hija.
-¿Un hermano? Si viniera a ayudarme con estos dos mequetrefes, ¡encantada! Bromas aparte, me gustaría tener a Juan pero el pobre ya no está. Lo echo mucho de menos, pero ya no puedo hacer nada. Es verdad que siento haberme quedado sin hermano y de la forma tan terrible como sucedió todo...
-Te preguntaba si te gustaría volver a tener algún hermanito, hija.
-Mujer, siempre es bonito tener hermanos, a parte de algunas excepciones, pero, ¿qué intentas decirme? ¿Es que Benito tiene algún hijo? No me habías dicho nada. Bueno, un hermanastro no es lo mismo, pero también puede ser interesante si la persona vale la pena...
-No, Benito no tiene ningún hijo todavía, pero según he sabido está en vías de tener uno...
-¿Qué me estás contando, mamá? Esto sería muy grave, ¿no? No creo que él esté embarazado y por tanto... ¿Te ha engañado con otra? ¡No puedo creerlo!
-Pero niña, ¿qué película te estás montando? ¡Ja ja ja! ¿No has pensado que Benito podría ser el padre de una criatura, por ejemplo, mía?
-¿Tú, embarazada?
-¡Caramba, ni que fuera imposible! ¡Que no soy tan vieja! He tenido ya dos hijos y sí, ahora voy a por el tercero por obra y gracia del amado Benito, sin la inestimable colaboración del cual todo esto no sería posible. ¿Cómo lo ves?
-¿Qué cómo lo veo? Mama, ¡me has dejado de pasta de boniato! Era lo último que esperaba que me dijeras, pero no puedo añadir otra cosa que me siento muy feliz por vosotros y por mí también, ¡qué caramba! Tendré un hermanito o hermanita. ¡Qué noticia más extraordinaria! ¡Gracias, mamá!
-No me des las gracias que todo esto me ha cogido tan desprevenida como a ti, o más. Ya veremos cómo salimos de esta, ¡ja ja ja!
-Todo irá muy bien, mamá, y si necesitas consejo de una experta que los tiene de dos en dos, como las natillas, ya lo sabes, ¡ja ja ja!
-Niña, que una tiene también un curriculum importante en esto de tener niños. Sólo espero que tengamos más suerte con el bebé que con el pobre Juan. Estos días he pensado más que nunca en él. No podrá conocer a su hermano o hermana. ¡Qué pena más grande!
-No te pongas triste mamá. Ahora tenemos que pensar en la suerte que has tenido de poder volver a sentir de cerca la experiencia maravillosa de la maternidad.
-Sí, hija, tienes toda la razón. No lo había pensado, pero creo que debo estar agradecida al destino que me da otra oportunidad para resarcirme de la mala experiencia que todos hemos vivido con Juan, empezando por su madre, ¡por supuesto! ¡Gracias, hija! Me has dado una nueva perspectiva de este momento ilusionante que tenemos por delante.


     ¡Qué gran manera de verlo que me ofreció Carla! Sí, el destino me ha dado la posibilidad de corregir errores del pasado y de disfrutar de la inmensa suerte de criar y educar a un hijo de mis entrañas. ¿No creéis que soy muy afortunada?

GIUSEPMARIA@HOTMAIL.COM

jueves, 24 de octubre de 2013

CONSUELO [4] 23. UN GRAN TRANSTORNO (2. LA REACCIÓN DE BENITO) (© JMPP 2013)



[23]
UN GRAN TRANSTORNO
(2. LA REACCIÓN DE BENITO)

     Poco después de la visita a don Antonio, fui a hablar con mi ginecóloga. Esta ratificó las palabras del doctor de cabecera y me contó algo que, de hecho, ya sabía, pero la verdad es que oírlo con un ser que se empieza a formar dentro de ti, impone muchísimo.

-Sería muy bueno que siguiéramos el protocolo apropiado para mujeres mayores de 35 años, Consuelo. La probabilidad de nacimiento de un niño con síndrome de Down es aproximadamente de 1 de cada 800 en la población general. Cuando la madre ha cumplido los 35 años, esta probabilidad aumenta notoriamente hasta 1 de cada 270. Debes saber también que aunque las pruebas tienen una fiabilidad alta, no se puede descartar que no les pase por alto importantes problemas en el feto. No hace demasiado he tenido entre manos el doloroso caso de una paciente que se hizo las diversas pruebas que le tocaban por la edad, entre ellas la amniocentesis famosa, también el estudio citogenético, que dio un cariotipo normal, e incluso la ecografía de las 33 semanas que no mostró ninguna alteración morfológica. Pues bien, cuando nació su criatura descubrimos que tenía graves malformaciones en los huesos y en el corazón. Ahora quiere denunciar la administración de salud por negligencia. ¡Así estamos!
-¡Joder, Sara, cómo me animas!
-No quiero sembrar el miedo dentro de ti. Simplemente pretendo ponerte en antecedentes y hacerte ver que aventurarse a tener un niño cuando la mujer tiene un útero que no está en su mejor momento puede salir bien, pero también puede haber problemas graves. Es mi obligación advertirte de ello.
-Lo has dicho muy bien: “aventurarse”. Así es como me siento ahora mismo. Me parece que estoy iniciando una aventura que ya veremos como acaba.
-Terminará bien, mujer. ¡Terminará muy bien!
-Con mi historial terrible... Mejor no pienso demasiado en el pasado y adelante con lo que venga. ¿Sabes? Cuando me lo dijo don Antonio tuve un shock, pero ya me estoy haciendo a la idea y hasta empiezo a ilusionarme con la idea de volver a sentir las maravillosas sensaciones de la maternidad.
-Así me gusta, Consuelo. ¡Bravo muchacha!

     Ya sabéis que en el mismo momento que conocí la noticia de mi inesperado e inoportuno embarazo pensé de inmediato en el padre de la criatura, como no podía ser de otra manera. No en vano, estamos ante nuestra primera gran creación juntos y los dos tenemos mucho que decir sobre el tema. Pues bien, reconozco que me costó encontrar el momento para dárselo a conocer. Y es que sentía auténtico pánico de enfrentarme a un hombre que no sabía cómo se lo podía tomar ya que él, como yo misma, no parecía, aparentemente, contemplar esta posibilidad en una vida en común que queríamos que fuera llena de paz, armonía y sobre todo con mucho amor y tranquilidad. Está claro que "bebé", por santo que sea, y "tranquilidad" definen dos entidades bastante incompatibles. Al menos esa es mi experiencia vital. Quizás vosotras tenéis otra. En esto de los hijos, como en tantas otras cosas de la vida, cada uno cuenta la película desde su experiencia. Y yo he sufrido mucho por los hijos. Concretamente por Juan. Carla era, es y será un ángel de chica.
     Una semana más tarde de recibir la importante noticia, lo di a conocer a mi querido Benito, dándole la razón verdadera de los mareos y descubriéndole las falsedades que le había contado para tranquilizarlo tras conocer la noticia. Pensé que sentados tranquilamente en la terraza de un bar, frente al mar y tomando un café, era la ocasión perfecta para decírselo sin rodeos. El pobre, absolutamente impactado, por poco que se ahoga con el café que se estaba tomando cuando le solté la bomba. Bueno, de hecho acabó con el líquido marrón tiñendo su ropa...

-Benito, debes saber que estoy embarazada.
-¿Cómo? ¿Qué? ¿Lo he entendido bien?
-¡Yo diría que muy bien!
-¡Pero Consuelo! ¡Esto es terrible! ¡Me has dejado sin palabras... y sin café!
-Bueno, lo llevas todo en la camisa. ¡Ja ja ja!
-Pero, pero, pero...
-No piensas decir nada más que "pero"...
-Sí, sí, sí...
-¿Y qué me dices? Es muy importante para mí tu opinión, aunque ya está hecho y ahora tendremos que salir adelante con la criatura, o criaturas. ¡Vete tú a saber! ¡Sólo faltaría que tuviera trillizos!
-Consuelo, me acabas de dar una noticia... una noticia... ¿Cómo te lo diría? Maravillosa, extraordinaria, fantástica, cojonuda y más y más...
-¿Te alegras?
-¿Qué te parece? ¡Ja ja ja! ¡Mucho, amor mío! Mi sueño siempre ha sido ser padre de un hijo tuyo, pero no te lo había propuesto porque era consciente de que con todo lo que has pasado con Juan yo no te podía pedir un esfuerzo tan grande. Pero ahora ya está hecho y sólo puedo que celebrarlo con gran alegría. ¡Gracias, Consuelo! ¡Me acabas de hacer el hombre más feliz del mundo!
-Bueno, supongo que tengo que decir que me alegro mucho. Serás un padre extraordinario, ¡no tengo ninguna duda!
-Seremos unos fantásticos papás, Consuelo. Y yo estaré siempre a tu lado para ayudarte a llevar el embarazo adelante de la mejor manera posible. ¡No tengas ninguna duda de ello!
-Eso ya lo sabía antes de que lo dijeras, pero realmente me llena de alegría escucharte tan feliz con la noticia, aunque quizás has perdido la mejor camisa que tenías.
-Pues espera cuando haya nacido nuestro hijo o hija. Las llevaré todas llenas de babas ajenas, ¡pero sobre todo propias! ¡Ja ja ja!
-¡Ja ja ja!


     Lo repito muy a menudo y no me canso: Benito es un hombre fuera de serie y su reacción estuvo a la altura de su personalidad única e irrepetible. Como dice él, seremos unos buenos padres, sí. Tal vez un poco mayores, tirando a abuelitos, pero saldremos bien librados de esta porque tenemos ilusión, aunque como bien dice el título, será un trasiego grande en nuestras vidas, pero positivo, ¡claro!


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miércoles, 23 de octubre de 2013

CONSUELO [4]: 22. UN GRAN TRANSTORNO (1.VISITA AL MÉDICO) (© JMPP 2013)


[22]
UN GRAN TRANSTORNO
(1.VISITA AL MÉDICO)

    Me permitiréis que aparque ya definitivamente el tema de la boda de doña Pilar y don Eusebio. Creo que ya os habéis hecho una buena idea de cómo fue la película del enlace. ¡Bastante mala, por cierto! Están casados  y bien casados, aunque la empresa no fue nada fácil. Sólo añadiré que poco después de la accidentada boda tomaron un avión, que no hizo ningún aterrizaje forzoso, ni tampoco se cayó al Atlántico, y se fueron a pasar quince días fantásticos de luna de miel al Caribe. Bueno, se supone que les fue muy bien aunque después del festival de los despropósitos del que fuimos testigos de excepción en Madrid, no se puede descartar nada. Al menos volvieron sanos y salvos del viaje. ¡Que no es poco!
     Hoy voy a ponerme mucho más seria que en los últimos días porque tengo noticias muy impactantes y perturbadoras para mi vida, como reza el título, que os quiero dar a conocer de inmediato. Sí, como podéis imaginar, tiene que ver con los extraños mareos y desfallecimientos que sufrí en la meseta castellana. Como ya os adelanté, inmediatamente después de llegar a Villajoyosa me propuse visitar al médico de cabecera de la familia. Un hombre que conocéis bien si habéis seguido toda la serie de mis modestos escritos personales. Se trata del famoso don Antonio que intervino decisivamente en el nacimiento de mis nietos en una jornada absolutamente delirante (otra) dentro de la iglesia del Carmen de Benidorm en la boda de sus padres. Bueno, no lo volveré a explicar ahora porque ya lo escribí con detalle en su momento. Ese día el bueno de don Antonio se comportó como un valiente y pasó con buena nota la prueba de comadrón a la fuerza de gemelos sobre altares eclesiásticos. Desde entonces la familia le tiene una consideración especial. Casi lo tenemos por el tío Antonio. ¡No podía ser de otra manera!

- ¿Qué te trae por aquí, Consuelo?
-Estoy muy preocupada, Antonio. Tengo unos extraños mareos y he tenido dos desfallecimientos mientras estábamos casando, con esfuerzo y dedicación, por cierto, a doña Pilar en Madrid. El primero lo tuve en la Plaza de Oriente y el otro en la catedral de la Almudena, que por poco me cuesta carísimo. Mira qué herida me hice en la cabeza al chocar contra el pétreo suelo del altar...
-¡Cojones! ¡Qué barbaridad! ¿Sabes que te digo, querida Consuelo? Para solucionar el tema de los mareos mejor que no vuelvas por Madrid y listos. Los aires de la meseta no se te han puesto nada bien...
-No te lo tomes a broma que estoy muy preocupada...
-Pues a ver qué podemos hacer para tranquilizarte un poquito. Para empezar unas pruebas de orina y de sangre, a parte de un reconocimiento médico exhaustivo.
-Lo que sea necesario, don Antonio. ¡Sé que estoy segura en tus sabias manos!
-Y no te preocupes que es posible que se trate de algún virus estacional. ¡En primavera ya se sabe!

     Con las pruebas analíticas bajo el brazo, volví dos días después a la consulta de mi médico de cabecera. Muy nerviosa, me fijé como sus ojos recorrían las hojas con una mirada cada vez más interesada y sorprendida de lo que estaba leyendo. Yo, mientras tanto, con la impaciencia de quien está muy cerca del colapso nervioso, pendiente de unas palabras que me podían hundir en la miseria, le acabé pidiendo si lo que estaba viendo era para preocuparse.

-Bueno, lo que estoy leyendo es realmente sorprendente. ¿Qué edad tienes, Consuelo?
-Tengo 43 años, don Antonio, pero no lo vayas diciendo por ahí porque no tengo la costumbre de decírselo a nadie. Eres de los pocos que lo saben. ¿Pero qué pasa? ¿Por qué es tan importante mi edad?
-Mujer, es muy importante porque ante ti tienes una perspectiva difícil a partir de cierta edad... Cuanta más edad se tiene todo se complica enormemente...
-¿Qué tengo? ¿Es un mal grave? ¡Habla claro, por favor!
-No, nada grave si te gusta dormir poco por las noches, cambiar pañales sin parar y quedarte sin vida personal...
-¡Coño! ¿Me estás diciendo que estoy embarazada?
-¡Un poquito! ¡Ja ja ja!
-¿Un poquito? ¿Lo estoy o no lo estoy?
-La prueba del nivel de la hormona del embarazo no deja lugar a dudas. ¡Estás totalmente embarazada, Consuelito!

    ¿Qué os parece? Pasada la cuarentena y en estado de buena esperanza. Si os digo la verdad, se me cayó el mundo encima. No tenía ni las más mínimas ganas de embarcarme en todo lo que supone un esfuerzo de este tipo, pero ahora ya era tarde para lamentaciones inútiles. Sólo quedaba un camino: aceptarlo con resignación y hacer todo lo posible para que esa difícil prueba inesperada fuera lo mejor posible.

     De inmediato me vino a la cabeza el padre de la criatura, que no podía ser otro que Benito. ¿Cómo se lo tomaría? No os lo creeréis pero nunca habíamos hablado del tema de tener hijos. Parece que se daba por supuesto que este aspecto importante de la vida de las parejas no iba con nosotros, debido a nuestra edad, claro. Pues mira por donde, a partir de ese momento no sólo iba con nosotros sino que se había presentado de improviso y marcaría, sin duda, todo nuestro futuro como pareja. No me resultaba nada fácil hacerme a la idea de que todo el mundo que había imaginado al lado de mi amado había empezado a tambalearse a partir de ese momento. No me sentía con fuerzas para hacer frente a esa dura prueba con una edad avanzada para una misión terriblemente difícil y complicada como aquella. Y es que el duro recuerdo de mi fracaso como madre con Juan estaba aún muy presente en mi vida. Ya lo he dicho antes: se me cayó el mundo encima.




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