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EL EMBARAZO
(2.DE SORPRESA EN SORPRESA)
¿A que ya echabais en falta que
os hablara de doña Pilar? ¡Pues hoy estáis de suerte! No me extraña que os
caiga bien porque es única y con un extraordinario don de gentes, como pudisteis
comprobar en el sorprendente viaje a Madrid. Pues bien, esta mañana he tenido
una larga conversación con ella mientras paseábamos tranquilamente por la cala
de Benidorm y tomábamos un refresco sentadas ante las calmas aguas de la playa
con más madrileños por metro cuadrado del mundo.
Básicamente me había trasladado
hasta la ciudad de adopción de la ínclita capitalina para darle a conocer la
novedad que todos ya conocen. La verdad, sin embargo, es que la mujer me ha
recibido con un tono bajo porque acaba de morir un gran amigo suyo, el famoso
Manolo Escobar. Sí, la he encontrado más bien triste, aunque ha acabado
entonándose y sorprendiéndome con una noticia inesperada. Bueno, ya sabéis que
con esta mujer cualquier cosa es posible. ¡Es una especie de sorpresa con
falda, corta!
-Tú no sabes cómo me ha dolido la muerte de Manolo. Éramos amigos de tantos
años. Además vivíamos en el mismo vecindario y muchas veces coincidíamos de
paseo por el Parque de la Aigüera. Salía a pasear a su perrita. ¿Sabes? Tenía
que asistir a nuestra boda, pero lo ingresaron de urgencia en la Clínica
Benidorm poco antes de la celebración y le fue imposible. El pobre me prometió
que cantaría en nuestra boda, pero… ¡Qué pena más grande! Siempre que me veía
con falda corta me abordaba cantándome el famoso estribillo de la Minifalda: “No
me gusta que a los toros te pongas la minifalda, la la la…” Era tremendamente simpático y divertido. Le
vamos a echar mucho de menos.
-La verdad es que se veía un hombre sencillo y agradable, ¡sí! ¡Descanse en
paz! ¿Y cómo llevas la vida de casada, querida consuegra?
-¡Fantásticamente bien, querida Consuelito! Don Eusebio es un hombre
maravilloso y vamos a ser muy felices juntos. Además voy a darte una primicia
que no sabe casi nadie. Solamente mi hijo y mi marido, claro.
-Yo también tengo una para ti, pero ahora me has dejado muy intrigada. Di
di...
-Pues nada, que don Eusebio y yo vamos a ser padres.
-¿Qué? ¿Cómo? ¿Lo he oído bien?
Suerte que no me estaba tomando
un café como Benito en el celebrado día que le hice saber de mi embarazo.
Hablando de embarazos, ¿podía ser posible que Doña Pilar estuviera embarazada?
Esto ya me parecía absolutamente delirante. Está claro que no podía estarlo de
ninguna manera, sobre todo teniendo en cuenta su edad. Aquí había gato
encerrado. De inmediato lo descubrí.
-Pilarica, no me harás creer que estás en estado de buena esperanza. Y
contratando un vientre de alquiler no os veo, por lo tanto...
-¡No! ¡Válgame Dios! Por lo tanto, hemos iniciado los trámites para adoptar
una criaturita de la China Comunista como Dios manda… Tengo mucha amistad con
el embajador español en la China. Asistió a la boda. No sé si tuviste ocasión
de saludarlo. Iba muy a menudo a practicar caza mayor con mi marido al Zorzal,
en Badajoz.
-Sabes, Pilar, estoy muy contenta de las noticias que me das. Tan contenta
que voy a imitarte y yo también buscaré una criatura para que Benito y yo no
caigamos en el aburrimiento típico de las parejas mayores sin hijos...
-¿Qué me cuentas? ¿Vais también a adoptar una criatura? Me parece bien,
pero primero tendríais que resolver el tema de la boda. ¡No vais a dar un hogar
a una criatura, viviendo en el pecado!
-¡Ja ja ja! ¿Ya empiezas? ¡Nos casaremos, tranquila mujer! Aunque después
del espectáculo de tu boda, comienzo a dudar de su conveniencia...
-Eso ha sido un golpe bajo, Consuelo...
-Perdóname, Pilar... Ya sé que no fue tu culpa, pero... No, no queremos
adoptar una criatura, sino que preferimos tenerla de nuestra propia cosecha...
-¿Embarazada? ¿Habéis tenido relaciones extramatrimoniales? ¡Santo Dios, Consuelo!
-¡No, mujer no! Yo soy como la virgen María...¡Ja ja ja! Perdona que sea
muy irreverente, pero eres la Hostia Consagrada, Pilarica.
-¡Por favor Consuelo! ¡Vigila esta boca que siempre te pierde! Supongo que
debo felicitarte a pesar de todo. ¿Y para cuando es la boda?
-¡Ja ja ja! Yo te hablo de
embarazo y tú de boda... Parece que vamos un poco descompasadas tú y yo... ¡Ja
ja ja! Habrá boda, ya te lo he dicho, pero no sé todavía ni dónde, ni cuándo.
Sólo tengo clara una cosa: ¡no te pienso encargar la organización del evento ni
loca! ¡Ja ja ja!
-¡Mejor me callo por respeto a la criatura que llevas en tus entrañas y que
ha sido engendrada en el pecado! ¡Pobrecita! ¡Mal empieza! ¡Por cierto, de
Virgen María sólo hay una! ¡Deslenguada blasfema!
-¡Ja ja ja! ¡Eres maravillosa, consuegra!
-¡Gracias, supongo!
¡Me encanta esta mujer! ¿Qué os
parece? Quería darle una buena sorpresa y resulta que la sorpresa me la he
llevada yo. ¿Doña Pilar y don Eusebio padres de una criatura de la China? Me imagino
al ex-cura llevando el cochecito por las calles llenas de turistas en traje de
baño de Benidorm con el Chinito dentro y... No me diréis que esto no es, como
dicen por el Madrid de la doña, rizar el rizo.
Cambiando radicalmente de tema,
y poniéndome más seria, tengo que haceros saber que se acerca la marcha
definitiva de esta tierra, al menos en cuanto al cambio de domicilio.
Concretamente, ya sólo quedan dos días. Como ya sabéis, Benito se ha
comprometido a volver a su trabajo antes del plazo previsto. De hecho, con el
embarazo que ha llegado de imprevisto, las razones para empezar de inmediato la
nueva vida en nuestra tierra se hacen más evidentes que nunca. La cuestión es
situarse tan pronto como sea posible en el lugar donde deberá transcurrir la práctica
totalidad de mi embarazo. La verdad es que estaré como una señora en el chalet
de la Urbanización la Cornisa de Mataró. ¡Con servicio y todo! ¿Qué más puedo
pretender? Bueno, quizá podría pedir que la sirvienta tuviera el hijo por mí.
Bromas aparte, ya oísteis a la doctora. A mi edad hablamos de un embarazo de
riesgo y no es cuestión de embarcarme en viajes y trasiegos a media faena. Pues
bien, como podéis ver, el inicio de una nueva vida, con todos los ingredientes
para representar un cambio radical ya está aquí. Deseadme suerte, amigas. ¡La
necesitaré!
GIUSEPMARIA@HOTMAIL.COM
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