TRANSLATE

YA ESTÁ AQUÍ LA ESPERADA CUARTA ENTREGA DE "CONSUELO". GRACIAS POR SEGUIRLA!

YA ESTÁ AQUÍ LA ESPERADA CUARTA ENTREGA DE "CONSUELO". GRACIAS POR SEGUIRLA!

jueves, 7 de noviembre de 2013

CONSUELO [4] 32. EL ASALTO (3. REALIDAD KAFKIANA) (© JMPP 2013)





[32]
EL ASALTO
(3.REALIDAD KAFKIANA)

     El caprichoso azar nos ha instalado durante unos días en una realidad realmente muy parecida a una pesadilla. Las vivencias de hoy se corresponden muy bien con lo que habitualmente se denomina una realidad kafkiana. Sí, Benito y yo hemos sido testigos, a través del teléfono, de una situación absurdamente peligrosa que no parecía tener fin. Ha sido muy duro, la verdad. El momento más complicado y angustioso de todo este episodio que ya os puedo adelantar que ha sido, en general, sorprendente, impactante e incluso terrorífico por momentos.
     Esta mañana, cerca del mediodía, nos ha llamado de nuevo el jefe de la banda de secuestradores. Justamente nos estaba dando las directrices a seguir en el intercambio del dinero por la chica cuando hemos podido oír claramente como en el lugar donde se encontraba el forajido ha ocurrido algo inesperado que lo ha puesto muy nervioso y más violento de lo habitual. En ese momento ha pronunciado una frase que nos ha dejado perplejos, descolocados y sobre todo aterrados. Benito ha intentado calmarlo diciéndole la verdad, pero no ha servido para nada.

-¡Sucios traidores! Les dije que no contaran nada de esto a la pasma. Me han desobedecido y la chica morirá.
-No, no, no se lo contamos a la Policía. Ellos lo averiguaron por su cuenta. Nosotros hemos mantenido el trato. No mate a la chica, por favor. Es una pobre mujer que ha sufrido mucho en esta vida. Tenga corazón y déjela vivir, ¡se lo suplico!

     Pocos segundos después de pronunciar estas palabras desesperadas, que el maleante no ha respondido, se ha empezado a oír gritos, disparos y todo tipo de fuertes ruidos completamente imposibles de identificar, pero que nos han conmocionado hasta el paroxismo. Como podéis imaginar, nos hemos temido lo peor. Era tal nuestra impotencia y desesperación que yo he estado a punto de desmayarme prisionera de un sufrimiento extremo. Benito, por su parte, de pie, con el móvil en la mano y muy nervioso, ha empezado a deambular sin rumbo por la habitación y gritando algunas palabras malsonantes, dirigidas a los autores de aquel despropósito, para sacarse una tensión que lo estaba superando por momentos. Finalmente, se ha cortado la comunicación poco después de oír claramente la palabra "policía", seguramente pronunciada por algún agente de los que han asaltado el nido de los malhechores.
     ¿Qué os parece? No me diréis que no había motivos sobrados y suficientes para exasperarse y mucho más. El enorme temblor que se había apoderado de mi cuerpo me causaba un gran malestar y la angustia me oprimía el pecho hasta cerca del ahogo. La terrible pregunta que rondaba por nuestros ánimos afligidos era si aquel hombre sin escrúpulos había cumplido su trágica amenaza y había acabado con la vida de nuestra criada. Este pensamiento me consternó. Era completamente injusto que una buena mujer como Paulina se hubiera visto abocada a vivir un infierno como el que desgraciadamente el destino le había preparado en manos de un grupo de bandidos peligrosos.
     Una larguísima y eterna hora más tarde del final de la comunicación con los criminales ha vuelto a sonar el teléfono. Esta vez la voz que he oído a través del aparato volvía a tener acento sudamericano, pero no con el tono agresivo y desafiante a que nos tenía acostumbrados el desalmado facineroso que se autodenominaba "Dios", sino que mostraba una emoción desbordada y era de una mujer que no he tardado en reconocer. Sí, se trataba de nuestra Paulina. Todo lo que pueda decir ahora mismo sobre la emoción vivida en aquel instante único se quedará corta. Lo resumiré diciendo que he sentido una de las alegrías más profundas de mi vida.

-Estoy bien señora. La policía me ha liberado. He visto la muerte muy cerca, señora Consuelo. He sufrido y he pasado mucho miedo, pero mis plegarias se han escuchado y estoy libre. ¡Ya pasó todo!
-¡Qué alegría más grande amiga! Hemos sufrido mucho por ti, querida Paulina. Pero ahora ya estamos tranquilos. Todo ha acabado felizmente, pero cuando hemos oído los disparos hemos temido lo peor.
-Pues sí señora. Me han dicho los señores agentes que no cuente nada, pero sólo diré que hacía bien en temer lo peor porque estoy viva de milagro. Si la policía tarda un segundo más en atacarlos usted y yo no estaríamos hablando ahora mismo. ¡Me han salvado la vida!

     Justamente uno de estos agentes ha interrumpido nuestra conversación, quizás temiendo que la mujer contara más de lo que convenía en ese momento, y nos ha comunicado cómo estaban las cosas y los pasos a seguir en los próximos tiempos.

-Simplemente les queríamos comunicar que la señora Paulina ha sido liberada con éxito en el marco de una operación de la unidad especial contra el crimen organizado, de nuestra policía, que ha desarticulado la peligrosa banda que los atacó. La secuestrada no ha sufrido ningún tipo de daño durante la operación. Tras su necesaria declaración se la someterá a una revisión médica exhaustiva para comprobar su estado físico. En el caso de que no tenga ningún tipo de secuela grave que aconseje su ingreso en un centro hospitalario, una patrulla de nuestra policía la trasladará hasta su domicilio y podrá retomar su actividad normal. Desde la Policía Catalana queremos agradecerles su colaboración y les recordamos que próximamente recibirán una citación con el fin de declarar sobre los actos criminales de los que han sido víctimas estos días. Les reitero las gracias y les recuerdo que permanecemos a su disposición.
-Muchísimas gracias por todo, señor policía, en mi nombre y en el de mi pareja, la señora Consuelo. ¡Con su brillante actuación nos han quitado un inmenso peso de encima! ¡Gracias de todo corazón!


     Sí, era de justicia agradecerles profundamente el gran trabajo realizado y que ha permitido acabar felizmente con una situación que ha tenido momentos delirantes en los que parecía que podíamos estar ante una enorme tragedia. Es justo que dedique las últimas frases de este episodio a agradecer a los buenos profesionales de la policía que estén siempre velando por nuestra seguridad exponiendo, no lo olvidemos nunca, su propia vida para defender la nuestra. Un trabajo nunca bien valorado y no agradecido suficientemente. Gracias especialmente a toda la Unidad que ha hecho posible que Paulina vuelva a ser libre y que nuestro dinero no sirva para financiar nuevos actos criminales de una banda de malhechores que con un poco de suerte se pasarán una temporada, espero que larga, a la sombra.
GIUSEPMARIA@HOTMAIL.COM





[INCLUYE UNA EXTENSA MUESTRA DE LA NOVELA "EL AMOR DE UNA VIDA" JMPP]

No hay comentarios:

Publicar un comentario