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YA ESTÁ AQUÍ LA ESPERADA CUARTA ENTREGA DE "CONSUELO". GRACIAS POR SEGUIRLA!

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martes, 5 de noviembre de 2013

CONSUELO [4] 31. EL ASALTO (2. HORAS DE ANGUSTIA) (© JMPP 2013)


[31]
EL ASALTO
(2. LA MONEDA DE CAMBIO)



     Aunque no conocéis personalmente a Paulina, sé perfectamente que, como personas sensibles que sois, estáis sufriendo por su suerte. Podéis imaginar, pues, cómo estamos Benito y yo misma ante las informaciones que conocemos ya y que no son las que quisiéramos oír, sino más bien todo lo contrario.
     Lo primero que debo daros a conocer es que la chica sigue en manos de los indeseables que asaltaron nuestra casa. Lo que en principio iba a ser un robo ha acabado convirtiéndose en un secuestro. Algún iluminado de la banda ha tenido la criminal idea de pretender sacar buenos dividendos de quien empezó siendo un vergonzoso escudo humano y ahora ha pasado a ser moneda de cambio.
     Esta mañana, los bandidos se han puesto en contacto con nosotros a través del teléfono móvil de Benito. Seguramente que la misma Paulina les ha dado el número o quizá lo han sacado del aparato móvil de la colombiana.

-Tenemos a Paulina en nuestro poder y no la vamos a soltar hasta que se atienda nuestra petición.
-¿Cómo sé que la chica está bien?
-¡Porqué lo digo yo, sucio bastardo! No quiero dudas sobre mis palabras. ¡Yo soy Dios! Queremos treinta mil euros en billetes pequeños. Un buen precio para una sucia puta. Volveremos a llamar mañana para fijar día y hora del intercambio. Una sola palabra de todo esto a la pasma y tu puta criada se irá al infierno. 
-Oiga, pero…

     Ya veis en qué terrible situación nos ha dejado esta pesadilla de llamada. Ante las demandas de los malhechores, ¿qué podíamos hacer? Lo comunicábamos a la policía o intentábamos resolverlo por nuestra cuenta y riesgo. Estábamos instalados en una muy cruel disyuntiva. Por otra parte, es mucho dinero el que piden por la chica. Poner precio así a una persona es totalmente indigno y denigrante. Está claro que estamos tratando con una banda de gente sin escrúpulos que pueden hacerle cualquier cosa a Paulina, si no lo han hecho ya a estas alturas. ¡Pobre chica! ¡Qué auténtico calvario! No me quito de la cabeza que si ella no hubiera llegado mientras se estaba cometiendo el robo podría ser yo la que me hubiera visto conducida a interpretar el papel de escudo humano y la que en estos momentos estuviera en poder de esa banda de criminales. Todo ello es muy duro de asumir y estamos muy, muy tocados. Nunca había visto a Benito tan hundido. Apenas le sale la voz del cuerpo. Está desorientado, perdido y deprimido. Es una situación demasiado dura para poder tomarla con la tranquilidad que requeriría el caso.

-Consuelo, ¡estoy muy tocado!
-¡Lo sé, querido, lo sé! Yo también estoy a punto de tener un ataque de nervios.
-¿Qué hacemos? ¿Comunicamos la conversación con estos hijos de puta a la policía, o no lo hacemos?
-¡No lo sé! Estoy tan perdida como tú mismo. Sería bueno contar con su ayuda, pero si saben que hemos hablado con ellos y matan a Paulina pesará sobre nuestras conciencias toda la vida. ¡Es desesperante!

     Mientras estábamos instalados en este duro debate, nos ha sorprendido la llamada de la policía y, curiosamente y hasta diré que afortunadamente, ha contestado esta pregunta imposible que no tenía respuesta válida para nosotros.

-Acabamos de escuchar la conversación que ha mantenido con los secuestradores. El juez ha permitido que interviniéramos su teléfono porque era previsible que le llamaran al móvil para evitar nuestro control sobre las líneas fijas. Es de manual que los delincuentes siempre intentan sacar el máximo partido de sus fechorías y que no dejen pasar la oportunidad de sacar rendimiento de un rapto como el de la chica. Ustedes, claro está, deben comportarse como si nosotros desconociéramos las pretensiones de los bandidos. Busque el dinero y acuerde un lugar para la entrega si no hemos podido detenerlos antes. Seguiremos desde la sombra sus pasos y los de la banda. Los especialistas en comunicaciones de nuestra policía están analizando la llamada por si podemos localizar desde dónde ha sido realizada, con precisión. Para terminar, le repito que actúen en todo momento con normalidad y sin que los secuestradores puedan sospechar nada. Como usted sabe, está la vida de la chica en juego. Estamos ante una banda muy peligrosa y cualquier error se puede pagar carísimo. ¡Mucha suerte!
-No se preocupe, señor agente. Lo tenemos muy presente. Haremos todo lo que esté en nuestras manos para colaborar en la detención de estos indeseables y, sobre todo, en que nuestra Paulina vuelva a casa pronto.


     Sí, como ha dicho muy bien Benito al policía, tenemos muy y muy presente la extraordinaria dimensión de lo que nos estamos jugando todos, pero también hay que entender que esta terrible situación nos va muy y muy grande. Ellos son profesionales y saben cómo actuar en todo momento, pero nosotros nos encontramos en una tesitura muy angustiosa que llevamos adelante como podemos. ¡Que Dios nos pille confesados!

GIUSEPMARIA@HOTMAIL.COM

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