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YA ESTÁ AQUÍ LA ESPERADA CUARTA ENTREGA DE "CONSUELO". GRACIAS POR SEGUIRLA!

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martes, 3 de diciembre de 2013

CONSUELO [4] 43. ¿NIÑO O NIÑA? ÉSTA ES LA CUESTIÓN (© JMPP 2013)



[43]
¿NIÑO O NIÑA? ÉSTA ES LA CUESTIÓN

     Hace días que no os hablo de mi embarazo. Supongo que os estaréis preguntando cómo lo llevo después de aquella advertencia severa que sufrí hace unos meses y que me supuso tener que hacer reposo y comer más de un bombón, e incluso alguna caja de estos dulces, cómodamente sentada delante de la tele, o del ordenador escribiendo, y sin hacer nada más que masticar con deleite casi culpable. Fue durísimo… ¡bueno, había alguno de blando! ¡Ja ja ja!
     La verdad es que, según me dice mi ginecóloga, la gestación avanza con paso firme y los problemas que estuvieron a punto de llevar nuestra ilusión al colapso, y finalmente al desastre, han desaparecido, aunque no me veréis saltando a la comba, al menos hasta que desaloje al bonito o a la bonita huésped. ¡Estoy bien, sí! Muy ilusionada y especialmente feliz hoy que hemos conocido ya el sexo de la criatura. ¿Qué os parece? ¿Será niño o niña? ¿Os lo digo ahora o me espero al siguiente episodio? ¡Ja ja ja! ¡Que mala que soy! Mejor os cuento como ha sido el momento inolvidable en que la doctora nos lo ha comunicado. Si, “nos lo ha comunicado" en plural porque mi querido Benito no se lo ha querido perder de ninguna de las maneras. Hasta ha excusado de ir a trabajar para poder estar a mi, a nuestro lado.
     Eran las doce del mediodía y un minuto cuando la doctora Puig nos ha dado un veredicto definitivo sobre el sexo... ¡Iba a decir de los ángeles! ¡Ja ja ja! Bueno, un poco angelito o angelita sí que lo es... Os mantengo aún la incógnita, ¿eh? ¡Ja ja ja! Sé que era esa hora porque se ve en el dvd de la grabación de la ecografía tridimensional y en color que nos ha entregado en la visita histórica de hoy. Un disco, por cierto, que ya casi echa humo de las veces que me lo he mirado en casa desde ese momento único e irrepetible en que lo he visto en el monitor mientras la doctora venga pasarme la sonda por la barriga en busca de la prueba definitiva entre las patas de ese pequeño ser que tanto amo ya.

     Tampoco olvidaré la cara de Benito en ese momento mágico. Ha vivido una gran tensión, mezclada de emoción, ante la imagen de la minúscula personita fruto de nuestro amor. Nunca había experimentado una vivencia así y estaba a punto del llanto. ¡No me extraña! Yo sí he llorado, y mucho, atrapada por una mezcla de sensaciones y de emociones indescriptibles. También de recuerdos de las dos anteriores veces en que había estado en una situación como esta. En aquellas ocasiones, sin embargo, estuve, claro, acompañada de mi pobre Pablo. Sí, no lo olvido nunca, y menos en una circunstancia tan especial en la vida de una mujer y de una pareja como la que estoy viviendo, ahora, junto a otro ser muy diferente pero igualmente especial.
     Al cabo de un rato de empezar la exploración, la doctora Puig ha hablado y nos ha preguntado qué preferíamos, si niño o niña. Yo, tal vez por la experiencia personal y dada la edad con que me ha llegado mi tercer embarazo, no he dudado en contestarle que prefería una niña y lo he justificado diciendo que ahora toca un bebé de sexo femenino después de que el último hijo, el añorado Juan, fuera de sexo masculino. En realidad, prefiero una niña porque el recuerdo de mi Carla cuando era pequeña me remite a los mejores momentos de mi aventura como madre. ¡Era un ángel de niña! Benito, en cambio, ha dicho que él personalmente prefería un macho y que ya lo veía jugando en el campo del Barça. ¡Se ve que no quiere un hijo, quiere un futbolista que lo jubile! ¡Ja ja ja!

-Bueno, ya veo que no os habéis puesto de acuerdo con el sexo que deseáis. Está claro que uno de los dos tendrá que conformarse con el contrario de sus deseos. Lo más importante, sin embargo, es lo que dicen las abuelas: que salga sano y que la madre sufra poco durante el parto. La verdad es que en cuanto al primer aspecto, todos los indicadores son positivos y nada hace pensar que el futuro niño o niña tenga ningún problema de salud, ni hay ningún rastro de posibles malformaciones, aunque ya sabéis que hasta que no esté en vuestros brazos no se podrá aseverar con rotundidad.
-Sí, sí, pero no nos tengas más en ascuas. Debo saber si tengo que comprar la ropita rosa o azul...
-¿Todavía se tiene en cuenta el sexo a la hora de escoger los colores?
-¡Claro!
-¿Y ya habéis pensado posibles alternativas de nombres según sea niño o niña?
-No lo tenemos todavía demasiado claro, pero como nos sigas alargando la incógnita te aseguro que no le ponemos el tuyo.
-¡Ja ja ja! Pues mi nombre es precioso. ¡Estoy muy contenta! Va, si le ponéis como a mí os digo si es niño o niña...
-¿Qué quieres decir con eso?
-Quiero decir lo que he dicho. Si le ponéis Ariadna os digo su sexo...
-¿Significa eso que es niña?
-No le pondréis Ariadna a un niño, ¿no? ¡Ja ja ja! ¡Podría tener un trauma el pobre! ¡Ja ja ja!  Sí, exactamente, lo que tienes en la barriga es una bonita y guapísima niñita, Consuelo. ¡Casi no hay ninguna duda!
-¡Oh, gracias, Ariadna! Por cierto, estoy de acuerdo que tienes un nombre muy bonito y que le quedaría como anillo al dedo a nuestra hija. ¡Qué maravillosa noticia me has dado! Como acabo de decir quería una niñita y aquí está. Estoy muy contenta y seguro que tú también lo estás, ¿no Benito?
-¿Yo? ¡Más contento que tú! De hecho quería también una niña pero no lo decía para llevarte la contraria. ¡Ja ja ja! Ya se sabe que las niñas están muy por su padre. ¡Qué alegría, Consuelo! Es un día muy importante para mí. Seré padre de una preciosa y muy presumida niñita, aunque no la veré jugando en el Camp Nou! ¡Ja ja ja!
-¡Ja ja ja! Y ve preparando la cartera que cuando empiece a comprar modelitos no acabará si es tan presumida como dices, ¡que lo será! ¡Ja ja ja!


     Bueno, ya lo sabéis. Tendremos una niña. A ver a quién sacará el parecido. A mí me haría mucha ilusión que se asemejara a su padre, como suele ocurrir con las niñas. Según siempre me han dicho, yo misma salí clavadita a papá, que en paz descanse. Por cierto, en cuanto al nombre os puedo avanzar que ya está prácticamente decidido y, curiosamente, lo que empezó siendo una broma de la simpática doctora puede acabar haciéndose realidad. El nombre que ahora mismo tiene todos los números es justamente Ariadna. Es bonito, ¿no? A mí me gusta mucho y a Benito le encanta por sus reminiscencias mitológico-literarias. ¿Recordáis la obra Ariadna en el laberinto grotesco del gran escritor catalán, Salvador Espriu? Basado en este personaje femenino situado en la mitología griega. Muy interesante, como la mayoría de los personajes de las ricas y sorprendentes alegorías de aquella civilización antigua, que según me ha dicho mi Benito significa "la más pura". Otro día puedo profundizar gustosamente en el que me ha explicado mi amado sobre el personaje mitológico con este nombre, pero ahora me voy a empezar a mirar ropita para ella. La de Carla que no destrozó mi Juan la di toda a beneficencia. ¿Quién me iba a decir que sería madre pasados los cuarenta? ¡Nadie! Esto es lo que lo hace más apasionante. Me siento rejuvenecida y llena de vida. Tengo que aprovechar este momento de alegría intensa. ¡Ya toca!

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