¿QUÉ HAGO? (1)
Como ya muchas sabéis, en la
época que tuvo lugar el dramático suceso de la muerte de mi hijo, Benito recién
había dejado durante un año su trabajo en Barcelona para estar con nosotros. Mi
hijo se había negado a ir a vivir a Cataluña porque el amor que sentía por una
compañera de colegio se lo impedía. Di el brazo a torcer por mi hijo y, con la
generosa posición de Benito, finalmente decidimos permanecer en Villajoyosa, al
menos hasta que encontráramos el desatascador a una cuestión compleja como
ésta. Teníamos un año por delante para resolverlo. Aparentemente, la solución
llegó, inesperada y trágicamente, como demasiado bien sabéis ya. Os
preguntaréis, en consecuencia, cuál es la salida definitiva al problema de vivir
en poblaciones tan alejadas. No os hago esperar más y os anuncio que, aunque
parezca mentira, a estas alturas todavía no tenemos una solución clara.
Seguramente que no entenderéis
muy bien cuál es ahora el inconveniente que frena mi retorno a Cataluña de la
mano de mi querido Benito. También sé que inmediatamente comprenderéis mis
razones, que van plenamente ligadas con lo que os decía en los capítulos
introductorios. Si me marcho a Cataluña dejo atrás muchas cosas que me resultan
demasiado queridas como para abandonarlas tan fácilmente. Mi hija, mi yerno,
mis queridos nietos y dos personas añoradas que físicamente no están, es
cierto, pero siento que su espíritu está aquí, a mi alrededor. Es mi familia,
son mi sangre, son las personas que más quiero, y he querido en mi vida, junto a
mis padres. Son seres extraordinarios que me necesitan, al igual que yo los
necesito a ellos, ahora más que nunca. Son las personas a las que quiero consagrar
lo que me queda de vida, junto a Benito, mi gran amor.
¿Qué hago? ¿Me marcho y abandono
todo esto que es mi vida? ¿Me quedo y veo como Benito dentro de medio año me
deja para incorporarse al trabajo? No le puedo pedir más esfuerzos al pobre. Es
un hombre enormemente generoso, pero a las personas como él no se las puede
exprimir como una naranja. Ya ha insinuado que podría dejar el trabajo y buscar
alguno por aquí. ¿No os parece una barbaridad abandonar un lugar tan importante
como tiene él al frente de una Cátedra de Universidad y lanzarse a la aventura
laboral en los difíciles días que vivimos desde este punto de vista capital?
Cambiando de tema, sin ir
demasiado lejos de lo que tratábamos, quiero haceros saber que en toda esta
dura etapa que estoy pasando me ha hecho mucho bien tener la amistad de gente
que, desde la virtualidad de la red social XOXXIAL, me han apoyado, me han
animado y, junto con la gente más cercana, al menos físicamente, me han dado el
empuje necesario para salir del pozo donde caí en los primeros tiempos posteriores
a la gran desgracia. No hice mención de ellos en la introducción y es de
justicia recordarlos en el momento que tengo muy presente una interesante
conversación que hoy mismo he tenido con mi amiga Josefina de Castellbisbal. El
tema de la conversación se centraba en esta duda casi existencial que tengo. ¿Debo
marcharme con mi amado a Cataluña o debo quedarme aquí, con los problemas que
para la pareja puede comportar?
-Tienes que ir donde el corazón te lleve, querida Consuelo.
-¿Dónde me lleve el corazón, Josefina? El corazón lo tengo a trocitos y
repartido entre mi gente. Amo profundamente a Benito y no puedo aceptar vivir
sin él. Tampoco él parece dispuesto a pasar los días alejado de mí. Hasta me ha
dicho que podría quedarse. Pero también tienen una buena porción de mi amor el
resto de la familia. ¿Qué hago? ¡No me puedo partir en dos!
-Sinceramente, creo que tú debes estar con tu pareja. Como tu hija está con
la suya, o yo con la mía aunque mis padres vivan en Aragón. Si esto implica
alejarte unos kilómetros, se debe aceptar como precio que tienes que pagar por
tener, según tú dices, un hombre extraordinario a tu lado. Todo no se puede
tener, amiga mía. En esta vida hay que elegir, aunque en ocasiones dejemos la
camisa por el camino...
-Seguramente que tienes razón, amiga mía. Valoro mucho tu apoyo y tus
consejos. ¡Muchísimas gracias!
-De nada, Consuelo. Deseo lo mejor para ti, como buenísima amiga que eres.
Te mereces lo mejor.
Bueno, voy a dejarlo aquí por
hoy. ¡Es más tarde de lo que pensaba! Acaba de llegar mi querido Benito de caminar
y aún no he preparado nada de comer y es tardísimo. A veces se me va la olla, ¡nunca
mejor dicho! Por lo que respecta a la gran decisión que debo tomar es muy posible
que tenga razón Josefina. Me debo a mi pareja y tengo que estar a su lado, sea
donde sea.
♫ Eva Cassidy - Live at Blues Alley ♫
♫ Eva Cassidy - Live at Blues Alley ♫
No hay comentarios:
Publicar un comentario